domingo, 2 de diciembre de 2018

Los comienzos de WikiLeaks


WikiLeaks nace de la idea de obtener, a través de un periodismo de investigación, informaciones secretas que cualquier persona, se encuentre en la parte del mundo que se encuentre, quisiera sacar a la luz.

La propia página web de WikiLeaks se describe a sí misma como "organización mediática sin ánimo de lucro dedicada a entregar al público noticias por medio de un sistema innovativo, seguro y anónimo, para que fuentes independientes filtren la información a nuestros periodistas". “Nuestro interés es publicar material de importancia ética, política e histórica mientras mantiene sus fuentes en el anonimato, para proveer de ese modo una forma universal de revelar injusticias sometidas al secreto y la censura".

En la página web se publicaron acerca de 250.000 documentos con el objetivo de "dar a la gente alrededor del mundo una visión sin precedentes de las actividades de Estados Unidos en el extranjero". Pero, salvando algunas excepciones, lo que reveló la página web de WikiLeaks son algo más que injusticias secretas, muestran el trabajo diário de las embajadas, sacando a la luz actividades poco presentables, como por ejemplo, según ha publicado un artículo del periódico Semana, la forma en que algunos diplomáticos se refieren a los gobernantes de países que en ese momento eran considerados amigos. También se difundieron procedimientos vergonzosos como averiguar los datos financieros de altos cargos funcionarios de la ONU y algunas verdades en silencio como, las tensione que existían entre el mundo musulmán y las víctimas de Bagdad.

Pero la aparición de WikiLeaks y el gran impacto a nivel internacional que causó, dio lugar a la aparición de varias dudas acerca de su naturaleza. La primera de ellas fue la contradicción que existía en la propia página: su objetivo era otorgar una dosis elevadísima de transparencia al mundo, pero su manera de actuar se basa en mantener sus publicaciones bajo el anonimato. Aunque la explicación a todo sea el querer proteger a la fuente de la que procede la información. También se juzgó el criterio por el cual se revelaban todos esos datos, y muchos llegaron a pensar que se trataba simplemente de revelar por revelar sin tener ningún tipo de fundamento.

A todo esto, y como publica la revista Semana, se le sumó un problema mayor: “Como cualquier periodista investigativo lo sabe, en el proceso de estructurar una historia fiel y ajustada a la realidad a partir de un conjunto de documentos, el contexto lo es todo. Pero los de WikiLeaks son cables aislados, cuya lectura por sí sola no es suficiente para plantear una narrativa contundente y reveladora de grandes decisiones geopolíticas. Sin ese contexto, es fácil calificar, por ejemplo, a los interlocutores de los embajadores de Estados Unidos de informantes, agentes de la CIA o hasta de traidores, por conversaciones sostenidas en un momento dado y en circunstancias particulares. Y lo que es peor, en una revelación de escala industrial, como los 250.000 cables anunciados, contextualizarlos en forma adecuada es muy difícil, por no decir imposible”.

De todo esto surgieron infinidad de dudas en todas las partes del mundo, además de la indignación que provocó el ver como sacaban tus propios “trapos sucios” a la luz, sin saber de dónde venían. Lo que está claro es que WikiLeaks ha sido un acontecimiento histórico, y que aún hay un número importante de misterios y secretos que quién sabe si algún día llegaremos a conocer, pero lo que sí podemos tener afirmar a día de hoy, es que la creación de Julian Assange, no dejó indiferente a nadie.

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